Un par de meses atrás un amigo me comentó que estaba interesado en las criptomonedas. Scott está en sus 50, es inteligente y exitoso en los negocios. Él no es precisamente un experto en tecnología, pero sí usa su teléfono móvil extensivamente, es muy activo en las redes sociales y se siente cómodo haciendo compras en línea.  Hizo algo de investigación en criptomonedas y quiso invertir un unas pocas, principalmente Dash, Bitcoin y Ethereum.

Iniciándose

Recientemente le pregunté a Scott si ya había comprado alguna criptomoneda; él aún no lo había hecho. Podría decir que él dudaba al no saber por dónde comenzar. Aunque comprendía lo básico de las criptomonedas, no sabía cómo dar el primer paso: ¿Dónde debía comprar Bitcoin, Dash o Ethereum? Le recomendé que comenzara con Coinbase, pero estaba algo nervioso de colocar su información bancaria en un sitio desconocido.

Decidí entonces obsequiarle una Tarjeta de Ether con una pequeña suma en ella, para que iniciara. Como un experimento simplemente se la entregué, le dije del sitio web al cual debía ir y esperé para ver si comprendía cómo acceder a los fondos. (Una tarjeta Ether muestra una dirección pública de Ether, un código QR para esa dirección pública y, debajo de una zona para raspar, una semilla mnemotécnica).

Una semana después le pregunté a Scott por su progreso. Él había configurado exitosamente una billetera Ethereum, pero no podía descifrar cómo transferir los fondos desde la tarjeta hacia su billetera. El reto más grande fue comprender las diferencias entre la dirección pública, el código QR y la semilla mnemotécnica. Él no estaba muy seguro de dónde ingresar cuál información. Además, quería usar una billetera móvil, pero las instrucciones en la Tarjeta Ether lo dirigían a una billetera web (myetherwallet.com). Podría decir que él estaba frustrado y yo no podía culparlo: Al frente mío había alguien que manejaba sitios como Facebook y Amazon, pero no parecía comprender cómo gastar, recibir y almacenar criptomonedas.

La prueba de Facebook

Para ayudarle un poco, le dije que instalara la aplicación de la billetera Jaxx y le mostré dónde ingresar la semilla mnemotécnica para importar su billetera a la aplicación. Además, le expliqué que debía mover los fondos a otra billetera si planeaba tener una cantidad significativa en ella, ya que la semilla mnemotécnica provenía de un tercero. (Y sí, luego le envié algo de Dash a su billetera Jaxx.)

Sin embargo, en este punto, no creo que él tenga el conocimiento o habilidad necesaria para manejar grandes cantidades de criptomonedas. Quienes hemos estado involucrados en este tema por algún tiempo entendemos la importancia de la seguridad de la clave privada y la necesidad de billeteras bien sea de papel o hardware para mantener a salvo grandes sumas de criptomonedas. Scott, por el otro lado, continúa luchando con los conceptos subyacentes de cómo enviar, recibir y almacenar criptomonedas.

Como lo mencioné, Scott se siente cómodo en nuestro mundo digital –No es un ludita o alguien que no pueda configurar una cuenta en Facebook. Él es un microcosmos del problema principal que enfrentan las criptomonedas hoy en día: las criptos fallan espectacularmente la “Prueba de Facebook”-

Haciendo la curva de adopción, vertical

Cuando Facebook fue estrenado, era usado por estudiantes de colegio, es decir, los adoptantes iniciales perfectos para una nueva tecnología. Se extendió como fuego salvaje entre toda la gente joven, y en cierto momento se convirtió en el sitio de medios sociales obligado para los menores de 30. Sin embargo, el éxito de Facebook se extendió eventualmente más allá de esa población. La gente mayor (como yo) comenzamos a usarlo más y más, y pronto, inclusive los abuelos (yo aún no) se estaban registrando para seguir en contacto con sus nietos. El rápido éxito de Facebook fue debido, parcialmente, a su forma de usar tan extremadamente fácil. Conozco abuelos que todavía tienen que enviar mensajes de texto, pero pueden usar Facebook fácilmente. Desde la configuración hasta la publicación de actualizaciones, Facebook es accesible para cualquier persona que sepa cómo usar un teclado y un ratón.

Dash es una de las pocas criptomonedas que se esfuerzan por tener esta facilidad de usar. Si Dash es el “dinero digital” que cualquier persona es capaz de usar, entonces debe pasar la “prueba de Facebook”. Alguien como mi amigo Scott debería ser capaz de configurar una cuenta de forma rápida y fácil, comprar Dash, enviarles a sus amigos y recibir de ellos. Por supuesto, esta es la misión de Evolution, la próxima generación de criptomonedas: Hacer la criptomoneda tan fáciles de usar como Facebook, de modo que sea utilizada por tanta gente como Facebook.

Si Evolution cumple esta misión, entonces el uso de Dash podría seguir la misma trayectoria que el uso de Facebook. Hasta entonces, las criptomonedas –y Dash- seguirán como un proyecto propio de los que comprenden la tecnología.